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jueves, 23 de mayo de 2013

24/7.


Hay días en los que me despierto y pienso, para qué levantarme, para qué ser fuerte. No me interesa la mierda que hay ahí fuera. A pesar de ello, me levanto. A pesar de estar mentalmente agotada. De querer y no poder cambiar el mundo yo sola. Parece que lucho contra el mismísimo aire. En vano. Como cuando extiendes tu brazo e intentas tapar el sol con tu dedo índice. A tus ojos tan pequeño, sonríes y crees que todo es posible. Qué idiota. No sabes nada. Te das cuenta de la inmensidad de las cosas que te rodean. Y de que lo que verdaderamente importa parece no importarle ya a esa gente que va con prisas siempre. 
¿Debo hacer como ellos? ¿Es hora de tirar la toalla y retirarse? ¿Darlo por perdido?

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