Páginas

viernes, 30 de enero de 2015

Yo tan yo, tú tan tú.

Y yo, 
que te quise de la única forma que sé,
mal,
muy mal,
pero a rabiar. 

Y yo,
que me invadía el miedo
si despertaba
y no estabas.

Y yo, 
que me sentía grande
contigo,
y pequeña,
muy pequeña
cuando me abrazabas.

Y yo,
tan llena de dudas,
de dudas infinitas,
y miedos,
muchos miedos.

Y yo,
tan fría por fuera,
y yo, 
tan frágil por dentro.

Y yo, 
que me bastaba mirarte
para respirar.

Y yo,
tan llena de cicatrices,
cicatrices que dolían 
más que una herida abierta.

Y yo,
tan Roma,
tan en ruinas.

Y yo, 
tan perdida 
sin 
ti.

Y yo,
tan desafortunada en el juego,
tan desastre en el amor.

Y yo,
que dejé de ser yo,
para ser nosotros.


Y tú, 
que me quisiste,
a tu manera.

Y tú, 
agarrado a mí
mientras pasamos 
las noches haciendo
la guerra
en tu colchón.

Y tú,
tan grande,
tan mi protector.

Y tú,
tan valiente,
tan sin miedos,
tan todo te la suda.

Y tú,
tan llenando cualquier silencio
incómodo,
sin saber que para mí,
hasta nuestros silencios
eran
poesía.

Y tú,
tan entero,
tan París.

Y tú,
tan buscando siempre la estrella polar,
para encontrarme/nos.

Y tú,
tan afortunado,
en todo.

Y tú,
que nunca supiste,
que dejé de ser yo por nosotros,
por ti.

No hay comentarios: