que te quise de la única forma que sé,
mal,
muy mal,
pero a rabiar.
Y yo,
que me invadía el miedo
si despertaba
y no estabas.
Y yo,
que me sentía grande
contigo,
y pequeña,
muy pequeña
cuando me abrazabas.
Y yo,
tan llena de dudas,
de dudas infinitas,
y miedos,
muchos miedos.
Y yo,
tan fría por fuera,
y yo,
tan frágil por dentro.
Y yo,
que me bastaba mirarte
para respirar.
Y yo,
tan llena de cicatrices,
cicatrices que dolían
más que una herida abierta.
Y yo,
tan Roma,
tan en ruinas.
tan Roma,
tan en ruinas.
Y yo,
tan perdida
sin
ti.
Y yo,
tan desafortunada en el juego,
tan desastre en el amor.
Y yo,
que dejé de ser yo,
para ser nosotros.
Y tú,
que me quisiste,
a tu manera.
Y tú,
agarrado a mí
mientras pasamos
las noches haciendo
la guerra
en tu colchón.
Y tú,
tan grande,
tan mi protector.
Y tú,
tan valiente,
tan sin miedos,
tan todo te la suda.
Y tú,
tan llenando cualquier silencio
incómodo,
sin saber que para mí,
hasta nuestros silencios
eran
poesía.
Y tú,
tan entero,
tan París.
Y tú,
tan buscando siempre la estrella polar,
para encontrarme/nos.
Y tú,
tan afortunado,
en todo.
Y tú,
que nunca supiste,
que dejé de ser yo por nosotros,
por ti.
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